lunes, 23 de enero de 2012

No juntes perros con borrachos…


Pero todos sabemos que, que tu madre te haga subir a casa no implica que el puntín se te vaya a quitar así que…la fiesta ¡continua!
Yo como niña responsable y obediente que soy, me desmaquillé y me lavé los dientes, me puse el pijama y me fui a la cama cuando…
De pronto algo me abraza, y pienso ¿fantasmas? No, esto no me atraviesa ni esta frío y de pronto oigo:
Lokamá- Hay que como vas a echar de menos a tu madre duermes conmigo la ultima noche…
¡Ostias! Que me he equivocado de cama…y ¿ahora? Nada me espero cinco minutos haber si me suelta y me puedo ir sigilosamente…
Pero por supuesto eso no pasa, nunca…el abrazo de una madre nunca afloja…
Yo- Uff este colchón está muy duro y la almohada está muy baja…me voy para mí cama
Me levanto sigilosamente para ver que Hyperdog está tumbado en mi cama con la cabeza en la almohada. Yo que soy muy educada intentó abrir la cama desde el otro lado y rememorando mis momentos de twister master llegar a meterme dentro sin despertarle.
Misteriosamente Hyperdog se ha caído de la cama…Y claro, ahora que esta despierto se coge su erizo amarillo que hace pi pi y lo sube con él. De pronto, por mi mente pasa una idea de pm. Le cojo el erizo, lo meto dentro de las manta y voy haciendo pi pi en diferentes sitios para que el intente cazarlo. Cuando estábamos los dos hay pasándolo pipa y disfrutando de nuestra última noche juntos.
Lokamá – Hyperdog o paras o te quito el erizo
Yo sigilosamente susurré – Ssssssssssssshhhh esperamos un segundín que se duerma
Lokamá – María, no me toques las narices y deja de putear al perro que no son horas.
….
….
Por supuesto una frase así no nos hace parar
Tum tum tum pasos firmes e imponentes se acercan. De pronto una luz cegadora ¿vienen los extraterrestres?
Lokamá – Dame el jodido erizo ya. Y a dormir o os vais los dos al portal
Yo – ¿Vale pero me puedo llevar el móvil?
Lokamá – O_?
Yo – Es que ya que nos echas nos vamos de marcha con los que queden por ahí…
Se hace la total oscuridad y los pasos firmes se van mientras se oyen un murmullo intimidante, como el gruñido de un oso antes de atacar o después porque yo ya me daba por asesinada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario