Esta
claro que una persona mareada y blanca como una sabana no pasa
muy…desapercibida y SuperHiperMegaJefa nos pillo.
SuperHiperMegaJefa
– Madre de dios, ¡qué cara! ¿qué te pasa?
Yo – Me
he puesto malita.
Lo
cierto es que no llevo bien la autoridad y cuando me siento interrogada por
ella, soy totalmente vulnerable y no sé porque, lloro. (Nota al margen: Esto me
dio una gran ventaja en mis años de cole e instituto pero empieza a quedar
ridículo a mi edad)
SuperHiperMegaJefa
– Tranquila, tranquila. Esto lo arreglo yo ahora. Coge el abrigo. Nos vamos a
urgencias.
Genial.
Me apetece un montón que encontrándome como una mierda en lugar de irme a mi
camita, me pase las próximas cuatro horas en urgencias siendo ignorada.
Lo que
no me esperaba es que SuperHiperMegaJefa se lo tomase tan personal, si es que
ni mi madre consigue un box en urgencias para que me pueda tumbar en la camilla
a los cinco minutos de llegar. La cuestión es que como yo decía: Pérdida de
tiempo total. Eso si, las cuatro horas se redujeron a dos.
Y
mereció la pena solo por ver la cara que SuperHiperMegaJefa le ponía a Buho
cuando preguntó si yo iría a trabajar el finde.
SuperHiperMegaJefa
- ¿Estás loca? No ves que está enferma. Tu no vuelves hasta que estés
arreglada. No te quiero ver por aquí por lo menos hasta que te haya visto el
especialista y luego discutiremos los términos de tu reincorporación.
Heroína
del día: SuperHiperMegaJefa
Persona
que vuelve a declarar la cama su reino y a aburrirse como nunca: Yo.
Esto
empieza a parecer la historia interminable.
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