El SeñorMirón

Yo alegre e inocentemente, como siempre, comento mi vida y las grandes cosas importantes con Novio antes de tomar decisiones.

Yo – Quiero cortinas en la cocina.

Novio – Creo que eso aquí es ilegal.

Yo – Es que tenemos un vecino voyaeur de esos.

Novio – Hombre, yo diría todo el bloque, que vivimos en el bajo y la puerta está aquí al lado.

Yo – No, no. Que me fisga a mí. ¡Que me mira el culo!

Novio – Ajaaaaaa….

Yo – Ya verás, esta noche te lo demuestro.

Así que le pedí a novio que se escondiera en el armario para tratar de emular esos días en los que el SeñorMirón ataca. Y hábilmente como cada noche sí, noche no, me puse a cambiar la bolsa de la basura. Y

¡ZAS!

Yo – ¡¿Ves?! Ahí está el SeñorMirón.

Novio – Haber como explico esto para que lo entiendas…

Yo –…

Novio – ¡Exhibicionista! ¡Qué eres una exhibicionista! Claro, vas por ahí enseñando y se te quedan mirando.

YO _ O_?

Novio - ¿Llevas los pantalones del pijama abrochados?

Yo – Nunca los ato que el nudo molesta para dormir.

Novio - ¿Y qué te tengo dicho de llevar los pantalones medio-caídos?

Yo – Que se me ve la hucha…

Novio - ¡Bingo! Ahora ¿vas a subir a pedirle perdón al SeñorMirón por los daños psicológicos causados?

Yo – Repito ¡Quiero cortinas! ¡Y las quiero ya!

Novio – Y el SeñorMirón que te ates los pantalones, pero aquí nadie hace milagros.