jueves, 12 de enero de 2012

Home sweet home


Cuando estamos malos fuera todos quisiéramos estar en casa con nuestras  madres. Pero yo he llegado a la conclusión que eso está bien cuando tu conciencia esta obnubilada, vamos cuando uno tiene gripe y delira con la fiebre.
Estaba yo tranquilamente tumbada en el sofá, como llevo haciendo los últimos tres días cuando:
LOKAMA – Toma te he hecho un zumo con dos naranjas, un limón y una cucharadita de miel.
YO – Jo, muchas gracias. Ponlo ahí, que ahora me lo bebo.
LOKAMA – No, no, te lo tienes que beber ahora.
YO – Voy, voy.
Mientras tengo el vaso en mi poder. LOKAMA se queda de pie, enfrente mía y mirándome inquisitivamente. Cosa que, por supuesto, a nadie pone nervioso.
LOKAMA – Acábatelo ya que se le van las vitaminas.
YO – Es que si lo bebo tan rápido me sienta mal.
LOKAMA – Pues si te lo bebes sin vitaminas no te hago más. Porque total para que no lo aproveches.
YO – Jolín, ni que lo hubiera dejado posado una hora.
LOKAMA - ¡Que te lo acabes, leches!
Y de repente a una le viene un flashback de las noches de juerga y del maravilloso genio que grita: HIDALGO HIDALGO HIJOPUTA EL QUE DEJE ALGO. Y claro a una se le escapa una sonrisilla.
LOKAMA –No, y ahora te ríes de mi. Una que se pasa el día aquí encerrada en casa, a tu servicio 24 horas, sin poder ni salir a tomar un café con las amigas, como una esclava, que ni me pagan, ni me dan las gracias, y todo para que a la reina no le falte de nada, y así me lo agradeces. Tenía que haber hecho como tu hadamadrina y haber criado perros en lugar de hijos, que al menos son más agradecidos.
YO – LOKAMA
LOKAMA - ¿Y ahora qué quieres?
YO – Pásame un valium que necesito echarme una siestecita.
LOKAMA- Encima, drogadicta. ¡Qué joya me ha tocado!

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