martes, 6 de julio de 2010


Es increíble de lo que la luz te hace darte cuenta. Pues resulta que llevaba semanas entrando en el salón por la noche, y todos sabemos que por la noche todos los gatos son pardos. El hecho de que la casa de limpieza no va sobrada es un hecho, pero yo nunca he sido tiquimismiquis y mientras no haya mascotas indeseadas vamos bien...
El problema llego esta mañana cuando me sente en el sofa y mire a mi alrededor para darme cuenta de un pequeño detalle: el salón parecía una caverna y me recordaba al de aquellos porretas que conoci unos meses atrás. Y de pronto los pelos del brazo se me pusieron de punta y una sensación inexplicable recorrio todo mi cuerpo. De pronto comprendí lo que mi madre sentia cada vez que iba a serin después de una de nuestras "barbacoas". Un demonio se apoderó totalmente de mi cuerpo y para cuando me quise dar cuenta habia bajado la aspiradora y tenia un paño en la mano O_o Tenia que haberme sacado una foto para que me creyerais.
Puedo decir orgullosa que el salón ahora parece el de cualquier casa:
No puedes saber lo que tus compañeros de piso han comido mirando la mesa.
No puedes revisar que tiempo hizo hace dos meses mirando los periodicos atrasados.

Pero aun asi las estanterias siguen teniendo el correo de gente que no conocemos, atrasadísimo por supuesto...Y libros que pertenecen a...¿alguien? alguien que no sigue viviendo en la casa...

Yo soy feliz que limpie e hize habitable una caverna digna de una jauria ;)

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