miércoles, 14 de julio de 2010


Como desquiciar a un espécimen denominado madre.
Cuando llegues de vacaciones a su casa deja la maleta en medio de tu antigua habitación, ábrela pero no saques nada, quítate la chaqueta y tírala sobre la cama, deja el portátil en el escritorio y el cable cruzando la habitación de lado a lado (busca el enchufe más lejano). Cuando diga algo grita: NO lo desenchufes que está cargando, si se estropea la batería tendré que comprar otro (aquí suelta una cifra no muy alta, por si tu madre se siente generosa en reyes, pero no muy baja, que no puedas gastarte así como así) y cuesta 350 euros!!! (Hablo de los notebook que te deja subir easy-jet como si se tratara de una revista/libro)
Aquí viene cuando a las 48 horas el espécimen denominado madre empieza a encolerizar. Pero lo hará paulatinamente, que ya no tienen edad para ataques de furia indiscriminada (si no hay un buen motivo, claro) entonces empezará a lanzarte miradas asesinas…a lo que seguirá un comentario a la comida: “con lo colocada que tenía yo la casa y ya llegaste tú”. Esto es la señal, en este momento, CORRE! Róbale el felpudo a tu vecina y átalo al tuyo colocándolos como chalecos antibalas, ve a la cocina y ponte una cacerola en la cabeza. Toda medida es pota cuando el volcán está a punto de explotar. Y entonces….

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