Aquellos que habéis tenido el placer de conocerme más allá de los sábados, os habréis dado cuenta de que mi torpeza y no-elegancia natural no se debe en absoluto a pasar esa noche de la semana tras una bella neblina de sin-sentido. Esta pequeña introducción es para dejar claro que la liada tan parda no venia provocada por ninguna intoxicación sino más bien por lo que creo una tara genética que impide que las cosas me salgan bien…
Pues feliz y contenta porque ya eran las siete y media de la tarde y en una hora se acababa ese maravilloso y cansino día de trece horas hospitalarias. El caso es que en mi felicidad me puse a vaciar una bolsa de pis y….SPLASH!!!! Mi móvil habido en su búsqueda de libertad y cansado de tantas horas compartiendo bolsillo con un montón de bolígrafos, decidió darse un baño tal si en un resort se encontrara…
Mi mente tuvo el pensamiento: a la mierda yo no meto la mano. A continuación eso que nos distingue de los animales dijo: 1.- es pis sacado con catéter de la vejiga, teóricamente estéril. 2.- llevas guantes 3.- coge el puto móvil que te vas a arrepentir….
Y ahí me veis desinfectando el móvil, desmontándolo por piezas y secándolo con un secador…
Para dejarlo toda la noche al lado del radiador y rezar un Jesusito de mi vida antes de meterme en la cama.
Resultado: funciona, con interferencias…pero por lo menos sms manda….>< ¡Qué cruz es ser yo!