domingo, 30 de diciembre de 2012

La venganza se sirve...caminando


Amanece, y es abrir la persiana y debatirme entre ponerme a gritar a pleno pulmón:
“Que llueva que llueva la virgen de la cueva los pajaritos cantas las nubes se levantan…”
O ponerme las katiuskas capitán Pescanova e irme a saltar charcos.
Al parecer tras la pregunta de Lokamá, ella es más de cortarse las venas pa no dejárselas largas…Y es que está claro que la gente en situaciones límites encuentras nuevos propósitos en la vida. Yo, como buena matasanos ya lo tengo visto en pacientes, eso de hacer las paces con miembros imposibles de la familia o creer en los cuentos de hadas de la infancia. Pero lo de Lokamá no tiene ni nombre ni perdón…
Lokamá – Abro las ventanas, que así nada más que vea pasar gente nos calzamos y vamos a misa.
Yo – Dame aguja y dedal que coso las cortinas.
Lokamá – Pero que dices hija, con lo animada que esta la misa, si va todo el pueblo.
Yo – Bueno, vale. Pero si antes vamos a dar un paseo. Que si te quedas en el sofá te va a dar un trombo.
Lokamá – Lo que me va a dar es cagalera de tanto comer verduras, que parecemos conejos.
Yo – Se denomina pagar los excesos. Además, ¿tú no quieres lucir tipo fino para la boda?
Lokamá – Bueno, pero si llueve volvemos para casa.
Yo – Palabrita del niño Jesús.
Para estos casos tengo tema de conversación preparado: es decir boda-vestido, boda-zapatos, boda-pelo y la tengo entretenida. Tanto tanto, que quince minutos más tarde.
Lokamá - ¿Dónde me has traído? Este puente no lo había visto nunca…
Yo – Vamos a dar un paseo por el canal de Basingtoke. Es muy bonito, mejor en verano pero servirá.
Lokamá- No, yo, si quieres, vuelvo en verano.
Yo – Visualiza la grasa cayéndose a cada paso que das.
Lokamá – Yo no compro la mierda de la tele tienda.
Lokamá – Y luego ¿tenemos que dar la vuelta? ¿Y dónde estamos? Porque esto no es tan grande…
Yo – Tranqui que el canal nos lleva al centro.
Lokamá – ¿a qué centro?
Yo – Donde está el centro comercial
Lokamá- Mira que como me estés mintiendo…
Seguimos caminando y caminando y… llegamos a casa.
Yo – Ves como caminar cinco kilómetros al día no era tan difícil.
Lokamá – Que me has hecho caminar ¿qué? Me podía haber dado un algo. Por eso me encuentro yo tan mal. Y encima nos hemos perdido la misa.
Yo – Mira tu
Lokamá - Si esto lo has hecho por vengarte por nochebuena eres una rencorosa. Y si lo has hecho por librarte de la misa de hoy, eres muy muy mala hija.
Yo – No, lo he hecho por tu bien y por tu salud. Y suelta ese bocata chorizo que te estoy viendo.

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