Aunque
os parezca imposible hasta mi Yo profundo quiso hacerme un regalo de
cumpleaños. ¿Y qué mejor que una entrada de blog?
Novio
es un gran borracho, como yo, pero a la hora de escoger vino tiene un lema
inquietante: “cuanto más barato mejor” Y eso implica: perronero, perronero.
Novio-
Hoy, en el día de tu cumpleaños, te dejo escoger alcohol.
Y ahí
se me ponen los ojos como platos delante del pasillo alcohólico. Y empezamos…
Yo –
Este vale 4 pavos, pero no sé…
3 pasos
a la izquierda
Yo –
Este mejor que es sauvignon
2 pasos
más
Yo -
¿Pero a mí que me gustaba más el sauvignon o el chardonnay?
1 paso
más
Yo –
Martini ¿hace vinos? Es espumoso
Mirada
hacia la estantería superior.
Yo –
Uooooo tiene Anna de Codorniu. Pero no te gustan las burbujas…
Novio-
Es tu cumple, coge lo que te dé la gana, pero deja de cambiar de botella cada
tres segundos…
Yo –
vale, vale. Me quedo con el espumoso
Novio-
Bien, pues entonces vamos a caja.
Pero
ocurrió lo inesperado, en una de las neveras de camino a caja había Prosseco de
oferta. Y claro, no me pude resistir.
Yo -
¡Mira!
Novio –
Noooooo
Yo- Si.
Si. Te juro que es la última vez que cambio de opinión.
Novio -
¿Me lo juras por Snoopy?
Yo – Y
por las bragas de Mafalda y todo…
Novio
se da media vuelta mientras masculla…
Novio –
Dame la botella que la pongo de vuelta en la estantería.
Pero,
yo, yo tengo una idea brillante. Si saco uno botella de aquí puedo meter la que
tengo en la mano en el hueco y ya está. Menos caminar. Pero esto es como los
coches y las plazas de aparcamiento, que no son todas iguales, y no siempre
entra de una maniobra. Pero claro cuando tienes dos botellas no te quedan manos
libres.
Empujo
un poco, un poquito más y ¡entró!
¡BAM!
¡Oooooooooooh!
Es el fin del mundo.
Miro y
veo como novio, con sus supereflejos intenta coger la botella que se cae al
otro extremo de la nevera. Pero yo, tengo una perpectiva más…amplia. Y veo como
la cesta golpea las cervezas que hay en la estantería de debajo. Y… ¡Es como
jugar a los bolos!
Muchos
años de supervivencia hacen que mi cuerpo tome la decisión acertada. Comienza a
dar pasitos pequeñitos y rápidos hacia el pasillo más cercano para esconderse.
SeñorDependiente-
¡Dios mio! ¿Está usted bien señor?
Novio –
Si, gracias
SeñorDependiente
- ¿No se ha hecho daño?
Novio
–No, no. Estoy bien.
SeñorDependiente
– ¿Intentó coger una y todas se cayeron?
Novio –
Si. Parece ser que eso es lo que ha pasado.
SeñorDependiente
– No, se preocupe. Lo importante es que no se ha hecho daño.
Yo me
quedo inmóvil escuchando escondida. Ya se sabe instintos básicos. Porque mi
cerebro lo primero que pensó es: ¡Corre, que nos lo hacen pagar, fijo!
Novio –
Me agrada saber que en momentos de necesidad sabes… ¡Largarte!
Yo –
Pero, pero (y le hago pucheritos para darle penica y que se le pase el enfado)
Novio –
De pucheros nada, esto mínimo una tarta de chocolate.
Yo –
¡Tenemos que ir a comprar mi tarta!
Continuará…
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