Pues ni
corta ni perezosa me embarcó en una aventura sin parangón: buscar piso fuera de
Londres. Si, lo que oís. Me salí de zona 3 y no me desintegré ni nada. Que
resulta que hay vida más allá de donde te puede llevar la Oyster. Eso sí, los
señores del Tren a punto estuvieron de matarme.
Llego
corriendo y acalorada (vamos despegando la legaña y con cara de perdidita,
perdidita) a la estación de que sale el tren hacia Woking. Cuando me encuentro
con dos señores muy amables charloteando con uniforme de ferroviarios. Y desde
el otro lado de la maquinita de tocar les miro. De pronto uno se gira.
Yo- ¿Se
coge el tren a Woking desde aquí?
Señor2 –
Anden 8
Yo - ¿Puedo
pasar con la Oyster?
Ojos
como platos del Señor1 y risa socarrona del Señor2
Señor2 –
La Oyster no te lleva a todas partes, hija.
Señor1 –
Allí no hay para tocar cuando salgas.
Me
quedo pálida ante la realización de que… estoy saliendo de Londres y, no voy de
excursión.
Ante mi
catatonia momentánea y en un intento de sacarme de mi trance Señor1 vuelve a
dirigirme la palabra.
Señor1-
Tienes que sacar un billete de tren de las máquinas a la entrada de la
estación.
Al no
haber signos de vida inteligente por mi parte…
Señor2 –
Da la vuelta, cinco pasos detrás de ti, a la izquierda.
Consigo
salir de mi estupor y saco mi valioso billete de tren. Cuando dejo atrás a los
amables señores ferroviarios para encaminarme al anden número 8, número que no
he dejado de repetir en mi cabeza desde que lo oí. Escucho…
Señor1 –
Buena suerte.
Señor2 –
Londinenses…
No dejo
que estas últimas afirmaciones minen mi moral. Pues estoy dispuesta a llegar a
mi punto de destino. Más que nada porque Novio me espera allí, y si me pierdo,
me mata…
Nerviosa
cual colegiala haciendo pellas llego al andén, veo los anuncios de los trenes y…no
tengo ni idea de cual tengo que coger.
Un tren
para en la estación
¡PANICO!
¿Será
este? ¿No será? ¿Qué hago?
Miro a mí
alrededor, cual depredador buscando su presa, o más bien, gato arrinconado
buscando la salida. Y veo a otro señor ferroviario echándole la bronca a un…
¿chaval?¿señor grandote? Aquí todos son tan grandes que me cuesta hacerme notar…
Me
pongo frente al señor ferroviario, no quiero interrumpir…pero…y si el tren se
va y es el mío…La verdad que me muevo como si me estuviera meando.
Yo –Disculpe
señor ferroviario, ¿sabría decirme cuál es el siguiente tren para Woking?
Señor3
-13.22
Yo - ¿Y
va hacia?
Señor3 –
Woking, ¿A dónde quieres que vaya?
Yo – Muchísimas
gracias, señor ferroviario.
Señor3 –
¿Dónde demonios está…? Si es que nadie me escucha.
Me dan
ganas de quedarme a darle conversación al pobre señor ferroviario porque ha
perdido al foco de descargue de su ira por mi culpa pero creo que, muy
seguramente, acabaría irritándole…
Y he
aquí un manual de cómo poner del higadillo a todos los empleados de una
estación de tren en cero coma…
¡¡¡Increible!!! el final de la Oyster, eso es digno de ver, no me lo creo.
ResponderEliminaryo tengo un amigo que dice que un primo suyo llego a Chester con ella...