Superheroina ¡Tachán!

En este mundo la gente se puede clasificar de muchas maneras. Una de ellas es el medio de transporte que utilizan. Y si no admitirlo, ¿Cuantos de vosotros utilizáis los taxis?¿Y lo mas importante cuan a menudo? 
Luego están los grandes privilegiados con una paciencia inagotable que poseen un coche en una gran ciudad como esta en la que vivo. Lo que esta claro es que yo iba a acabar a la rusa. Bajándome del coche, hacha en mano y liandola parda.
Luego esta el transporte publico, que con las olimpiadas a la vuelta de la esquina solo significa una cosa: olor a humanidad y sensación de gallina enjaulada. Con lo que uno, no quiere, pero no tiene mas remedio que vivir amargado. Y ya se sabe que la infelicidad es causa de úlcera y yo ya he tenido bastantes en mi vida, gracias.

Así que nos queda opción mente sana en cuerpo sano. Vamos, pedalear a lo verano azul pero con chubasquero y un poco más de contaminación. Ni corta ni perezosa miro las bicis de segunda mano, que se ofertan a precio asequible y tienen suficiente mala pinta para durar más de diez minutos candadas en whitechapel. Candado, aquí llegamos al punto en el que me desespero. Porque los candados valen más que la bici y porque no son ni mucho menos infalibles.

Y otra vez nos salimos del presupuesto. Pero novio que es una gran persona que siempre tiene soluciones para todos y que piensa mucho en mi; apareció por la puerta con un ¡patinete! Ojo, que tiene pegatinas de esas de llamas para darte velocidad.

A pesar de su prohibición de no usarlo hasta que tenga casco, ayer no me pude resistir. Mochila al hombro y con la música de Zelda para darle emoción y auto motivarme patineé hasta mi curro. La vuelta fue dura pero la sensación de superhéroe con la melena al aire cuesta abajo mereció la pena. 
Mañana me voy a coger un par de cuestas cerca de casa.
Bueno, ya sabéis si no llego a Asturias es que me hiperilusioné y caí en combate. Por favor levantar una estatua en mi honra y beber sidra en mi honor.